martes, 21 de diciembre de 2010

Te conocí bailando en un bar II

Te encontré aquella noche en el bar. No fue casualidad. "Yo salgo hoy -Yo también". Tus amigos, vos a un lado, y yo, en espejo. Fue encontranos y seguir vos y yo, nada más. Desde entonces, ocupaste mi espacio con tus palabras, mi espacio con tu topografía corporal, y yo te dejé. Mi espacio con la textura de tu piel y mi tiempo con tus ideas descabelladas. Mi tiempo, enredado entre la maraña de tus proyectos imposibles y tus fantasías de ensueño. Ocupaste mis risas. Y yo te dejé. Te apropiaste del campo de juego de mis miradas. Fuiste principio y fin de pensamientos insólitos. Y yo te dejé; al principio estuvo bien. Mi tiempo, el nuestro, y mi espacio, ambos dos. Pero sin querer verlo, sabía que arrasabas con las horas y los lugares, capitalizándolo todo, volviéndolo tuyo. De tanto no querer ver por sólo mirarte, me ahogué en tu presencia y permanecí junto a vos así, muerta. Muerta por mucho tiempo. Yo en cuerpo, tu cuerpo, aislante del mundo, impermeable a la mutabilidad del vivir.
Continuará...