jueves, 26 de noviembre de 2009

DI-a-lógo(s)

Cartas a Adrienne (y rsptas)
***
G-Ahora me doy cuenta que se ve que tengo problemas con los significantes: los cambio a mi gusto y placer, y después les invento el significado que necesito.

A-Sabés, creo que el trabajo de un filósofo, si se le puede llamar trabajo, es salirse de los significantes e inventar el significado que necesita para construir con fundamento teorías, haciendo que la metafísica y la ética o la moral (como si de hecho fueran entidades de peso ontológico) pasen bien, como la budweiser, a través del fino embudo de las palabras hasta los oídos de quienes crecen en sociedad con lenguaje y ven la realidad modelada por el pensamiento justamente deudor del lenguaje, una realidad entonces cargada de teoría, teoría impuesta y anclada al corazón como la creencia misma de que la realidad existe más allá de nuestra existencia.
En fin, lo que para vos son problemas, para otros son los recursos y las herramientas de la totalidad de su carrera y de sus vidas. Eso como que relativiza todo, ¿no? Igual es mi metavisión de la gente de filo, como tanta metavisión de quien mira de dentro, probablemente sea equivoca o, al menos, parcial, y todos los filósofos sean en verdad muy diferentes de lo que establece mi acotada universalización.

G-Más allá de si es tu acotada universalización de lo que en verdad es un filósofo, suena excesivamente interesante el pasar los significados "por el embudo del lenguaje". Ahora, me va a tener que explicar donde está la boca ancha y dónde la fina, porque según algunos futuros colegas psicólogos, nosotros mismos ya somos lenguaje. Que cagada con la dialéctica, somos, estamos, somos siendo y estamos estando... ¿sabes lo que me leyó hoy un amigo? Algo así como "el problema de por qué los filósofos se vuelven locos es que piensan demasiado, es decir, utilizan sólo las herramientas de su lóbulo frontal y se olvidan de todo lo demás. Para comprender, hay que usar el CUERPO en su totalidad"

A-Para comprender, amiga, quizá haya que vivir más y pensar menos.

domingo, 22 de noviembre de 2009

D'oh

“…estoy observándote ahora que Dios está ocupado en no existir…”


Homero Simpson













(malísimo capítulo, pero bue')

martes, 17 de noviembre de 2009

The show must go on my friend

Empty spaces - what are we living for?
Abandoned places - I guess we know the score...
On and on!
Does anybody know what we are looking for?

Another hero - another mindless crime.
Behind the curtain, in the pantomime.
Hold the line!
Does anybody want to take it anymore?

The Show must go on!
The Show must go on!
Inside my heart is breaking,
My make-up may be flaking,
But my smile, still, stays on!

Whatever happens, I'll leave it all to chance.
Another heartache - another failed romance.
On and on...
Does anybody know what we are living for?

I guess i'm learningI must be warmer now...
I'll soon be turning, round the corner now.
Outside the dawn is breaking,
But inside in the dark I'm aching to be free!

The Show must go on!
The Show must go on!
Inside my heart is breaking!
My make-up may be flaking...
But my smile, still, stays on!

My soul is painted like the wings of butterflies,
Fairy tales of yesterday, will grow but never die,
I can fly, my friends!

The Show must go on!
The Show must go on!

I'll face it with a grin!
I'm never giving in!
On with the show!

I'll top the bill!

I'll overkill!

I have to find the will to carry on!

On with the,

On with the show!

The Show must go on.

Queen

martes, 10 de noviembre de 2009

Fabiana

Es una linda mujer, joven aún, andará por los cuarenta, una pena, tanta enfermedad. Sus rasgos siguen tan firmes como cuando entró por primera vez a la clínica. La suave curva frente-nariz, característica de su familia materna, le achata la expresión endulzando aquellos intensos ojos oscuros a penas rasgados. La ceja izquierda, siempre un poco más altanera que la derecha, comienza a mostrar algunas canas, canas que en su cabello se esconden de la mirada ajena, a pesar del corte-hospital que luce desde hace ya tanto tiempo. Antes, se jactaba de su larga melena castaña con destellos rojizos. Antes.

¿Qué tiene? Todavía no lo sé, tengo que preguntar a algún psiquiatra. Algún grado de esquizofrenia, una desconexión importante con la realidad, un mundo virtual interior al que ni yo puedo acceder. Está internada hace unos años. Por momentos, se conecta con el mundo e interactúa con otros, pero por lo general vive en una burbujita, en ella misma, sola solita. El mundo de Fabiana. Ella es su mundo... O su mundo no es más que ella misma. Ella su única realidad. Fabiana igual Fabiana. A=A. Fabiana tautológica. No hay asimetría epistémica posible, o, si la hay, es solo en virtud de su propio desdoblamiento. A=/=A. Pero un desdoblamiento que, lejos de constituirla, la desintegra en cada vez más partículas de pura nada, partículas coherentes de un algo tan incoherente que linda de más en más con la irreversible locura, tanto tanto, hasta que ya nada quede ni siquiera de esa nada.

Fabiana. No hay criterio de corrección intersubjetivo, no hay error por comparación con un algo otro, no hay triangulación, no hay contraste con una realidad objetiva. Ella es lo subjetivo hecho objetivo al rojo vivo. Es la realidad de lo interno. O un pequeño mundo, tan rico, tan lleno de contrafácticos y de estructuras ontológico-conceptuales, un pequeño mundo dentro del mundo de tantos otros munditos que se autocrean y autoconservan sólo por creerse ¡ay, ellos! tan consciente de ser y no por ser, ni por el hacer trascendente de salirse de sí y conocer al Otro. Fabiana. Una mirada plegada infinita e ilimitadamente para adentro, lo absoluto de la voz interna.

Y escribe. Tiene un cuaderno donde anota pensamientos cuyas palabras no refieren a nada (o quizá a todo, a todo aquello que tiene existencia en sí misma como mónada) pero significan. Significan para ella, vaya a saber uno qué significan para ella. Significan para nosotros, y de esto sí podemos decir que sabemos qué significan. ¿Qué significan? Signos de una patología, signos de una inteligencia perdida, signos de una locura ermitaña y errante en un vasto mundo de ideas trascendentales tan cercano y tan invisible al individuo social y rutinario que no busca la verdad sino que construye todos los días fragmentos de sentido para legitimar que sigue con vida.
***
Tal vez, en algún cajón perdido de esos en los que se suele guardar todo lo que veremos “más adelante”, de ella queden sus fragmentos, fragmentos o garabatos en hojas amarillentas con olor a madera vieja y a empapelado húmedo, fragmentos que algún familiar guardó por temor a perder la pérdida misma.

Los fragmentos de Fabiana. Él. Su conciencia. Su alteridad.

viernes, 30 de octubre de 2009

girando picaportes


Es mejor no abrir determinadas puertas...
.
..
...
....
"La tinta sella el escozor de la piel pero la carne sigue muda. ¿Me escuchaste alguna vez rugir? En las entrañas, una mueca de espanto. El estómago gruñe y se trepa por el esófago. Sofoca los pulmones y ciñe el corazón. La voz de ultratumba amenaza allí adentro. Adentro. Nace donde muere la lengua. ¿Dónde muere la lengua? ¿Me oíste acaso gritar?"
A.

lunes, 26 de octubre de 2009

Under Pressure

These are the days it rains but it never pours
People on streets
People on streets
It's the terror of knowing
What this world is about
*
*
*
*
*
*
*
I want to break free

jueves, 8 de octubre de 2009

Sr. González

- ¿Está Ud. bajo mucha presión últimamente?

-No, en absoluto.

-¿Y algo reciente que le haya resultado particularmente llamativo?

-¿De mí o del mundo?

-En general. Algún episodio tenso...

-¡Pero todos los días! No podría resumírselo.

-¿Muchos cambios?

-Constantemente.

-Pero entonces sí está bajo presión.

-Al contrario, si lo estuviera, no tendría lugar para el cambio, ¿no le parece?

-No entiendo. A ver, ¿podría decir que su ánimo está estable?

-Claro que sí, como no mantenerse estable cuando se es unidad sintética de múltiples continuos de alteraciones. Es un deber ser. ¿Se imagina el pensamiento occidental sin mi?

-Ahá... Es decir que no puede ser un factor relevante que Ud. esté atravesando cambios...

-No los atravieso, confluyen en mi y en virtud de ellos, soy.

-Disculpe sr. González, pero no lo entiendo. Le comento, Ud. no parece tener ningún problema físico, por lo que pienso que podría ser psicosomático. Si Ud. se considera en perfectas condiciones psicológicas, lo único que le puedo recomendar es comer arroz o fideos con queso por unos días, y, en el peor de los casos, una pastilla de carbón. Que se mejore y en quince días me llama si sigue con diarrea.

martes, 29 de septiembre de 2009

Fabiana: fragmentos II

Escribió Fabiana en su diario:
Va, se arregla se maquilla se perfuma, y todo para que él, que él la indiferencie con un estoico beso en la mejilla, una sonrisa amistosa y un salirse con algún otro u otra de los límites de su campo visual echándole en cara que ese tiempo para él no fue más que tiempo perdido. Si al menos hubiese sido su tiempo, tiempo para ella, tiempo de ella… Pero no. Todo lo que hizo en ese lapso temporal no lo eligió más que para él. Proyectaba en función su él. Él, fin en ausencia de él. El fin, en presencia de él. Finalmente, después de tanto fantasearlo, aparece él en concreto quemando con su saludo fraterno aquella pequeña felicidad risueña que se sustenta en el ansiarlo. Se desmorona primero su ingenuo entusiasmo, esa energía del esperar [¿esperar qué? ¿Verlo? Junto con todas las expectativas que subyacen a su aparición]. Luego, sus ganas de todo. Se siguen proyectos, deseos y acciones. Finalmente los demás acaban por fundirse con lo demás en un engrudo amorfo y espeso de indefinidos colores opacos que hace agua hasta el punto de hundirla por completo.
Y después, oscuridad. El sombrío vacío de la súbita muerte de una fantasía hueca reflejo de un pensamiento que se revela como totalmente ajeno al mundo punzante congoja que presiona hasta más no poder el pecho como sofocantes marañas que impiden el libre fluir de las pasiones del plexo callando la efusividad de lo espontáneo.
Y claro. Ahí, la soledad. La eterna no mirada condenadora de un continuo movimiento caótico forzado por el mero pasar del tiempo, de un hacer constante que no apunta hacia ningún dónde ni hacia ningún quién. El sinsentido en carne y hueso.
Él. Una construcción psicológica pseudofantástica soporte de pesados significados aporéticos que se chocan con la irrupción de las primeras partículas de una realidad que se impone. Él. Depositario de ilusiones muy íntimas y anhelos tan propios, de proyecciones y ansiedades constructivas que no se animan aún a ser per se, que buscan, reclaman, necesitan el en otro o el para otro. Todo esto subsumido bajo el gran miedo a lo real. Por eso, tan cerca, tan lejos. Él. Inalcanzable. Perfecto… Seguro. Y ella, cansada tan cansada de querer y no quererlo, porque él, en su esencia más pura, escapa inevitablemente al lugar que le corresponde en ese ser objeto de sus deseos.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

martes, 22 de septiembre de 2009

diálogo

Le dije: "yo debería..."
y me interrumpió: "Sí, deberías tantas cosas."
Me habló de los miedos, de obstáculos
autoimpuestos, del peligro de los grandes títulos.
Luego, me preguntó qué prefería,
si crecer y crecer o sentirme segura.
Le dije que lo primero, sin duda alguna.
Entonces, me aconsejó acostumbrarme
a no esperar lo segundo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Fabiana: Fragmentos

Fabiana abrió el libro de cuentos para chicos que su primo le había regalado para que aprendiera a leer ahora que por fin podía ir a una escuela. Una historia, la de Terabithia, le llamó la atención. La leyó detenidamente, buscó todas las palabras que no conocía en el diccionario Pequeño Larousse Ilustrado y se ejercitó copiando una y otra vez pasajes enteros. Después de unos meses, tuvo un sueño extraño. A la mañana siguiente, escribió en su diario:

Resultó no ser más que mi mundo de fantasía. Caballitos de madera, espejos cubiertos de sal. Y toda la mentira de un cuentito de hadas que no sabe como seguir después del “y fueron felices para siempre”. El descenso previsible de aquel adrenalítico entusiasmo de nacer una y miles veces en cada palabra. Yo miro y veo distorsionado. El mundo es uno. Mi mundo, otro. Virtual. Vital. “Fue, dejá de pensar tanto y viví”. Si, deja de pensar todo tanto y tan mal. Y ahí, el maldito diablillo del pero. Pero es como que me digas “sé espontánea” si no lo soy, o que me digas “relajate” si estoy siempre tensa. Pero yo quiero, pero ¿y cómo? No me paradojees, te dije, dame la receta. No hay receta. Pero los imperativos no alivian. Entonces tengo que vivir, gran novedad. Y vos que ya sabés que cuando callás un poco esa cabecita todo te enamora tanto y te sale tan bien. No pensés, viví. Pero siento que no puedo porque pienso que no tengo que pensar más y después pienso que no debería pensar en no pensar porque así solo pienso más, pero ves, ahí solita ya me enredo y caigo en la trampa. “Que fluya” me dijiste, pero la estructura, querida, la estructura. Si estoy rígida, aunque la norma se reduzca, el beneficio es creer que tengo el control. Sé que soplás un poquito y se derrumba todo. Entonces tenés razón, ¿el control de qué? Quizá la seguridad. La seguridad en eso tan chiquito, tan conocido y tan repudiado. Tan cómodo. Pero ¡chan! Hacés todo para abrir el paronorama y dar lugar al cambio, y cuando aparece lo nuevo, te achicás. Vos querías lo nuevo, no? Entonces, ¿por qué te escondés detrás de la cortina de lo mamado cuando lo nuevo viene y te dice “hola! Cómo andás? Vine a buscarte, ¿vamos?”? Y la pregunta de siempre ¿voy a sobrevivir?
***
Otra noche, en la que volvió a soñar con reinos mágicos y aventuras psicológicas, se despertó bastante movilizada y ya no pudo conciliar el sueño. Pensó en todo lo que había hecho durante el día. Pensó en él. Entonces, volvió a escribir en su diario.

¿Por qué creo que la conciencia es consistentemente espesa y terriblemente ajena a mí misma? Por experiencia. Por el simple hecho de que tiene razón alguien que te dice que pensás y que sentís mal, que te convendría hacer siempre todo lo contrario. Digo, ¿quién te puede decir que pensás y sentir mal y tener razón? No hay criterio de corrección del sentir. Y ese alguien tiene razón porque te da las reglas para encaminar tu modo de pensar y sentir y, si bien al principio todo es muy careta y vos decís lo que no pensás ni sentís, te das cuenta que resulta que de a poco vas empezando a pensar y a sentir eso que decís, esas mentiras que decís porque es lo que quisieras pensar y sentir. Resulta que construís desde la proyección del ser y devenís hasta más y mejor aquello que habías actuado sin creerte ni un poquito… Digo, che, ¿esto va en contra de todo lo que creo? Che, digo, no entiendo nada. ¿No era la hipocresía algo así como no ser transparente? ¿Eso de que pensar, sentir y decir no concuerden? Pero ahora esa hipocresía, o pseuhipocresía es un recurso para cambiar… Se redefinen palabras cargadas de valores sociales, tan convencionales como lo es usar cuchillo y tenedor, en una nueva normalidad normativa que se condensa más acá de mí, en mi punto ciego. Y me agarró toda esa parte tan mía que se me escapa de modo tal que el Gran Otro me conoce más que yo a mí misma solo con mirar. Me agarró esa parte tan mía y desconocida y me dijo “dale, que fluya…”

sábado, 8 de agosto de 2009

la pastelera

Se hartó y dijo:
"Soy pastelera, es mi trabajo.
¿O cuando viene algún amigo médico a tomar la merienda, le decís "che, ya que estás, oscultame y tomame la presión"?
¿O a una amiga que estudie diseño de modas le preguntás a cada vez que la ves cómo es que no te trajo alguna prenda de diseño exclusivo?
Soy pastelera. Me encanta cocinar,
pero estoy harta de que en cada cumpleaños me reprochen de no haber hecho una torta para el cumpleañero,
de que cada vez que me invitan a tomar el té me echen en cara que no me digné a preparar budín o masitas,
de que gente que siquiera me conoce me pida como si nada de traerle tartas de ricota y de membrillo, gratis además, como si ser pastelera me obligase a ello.
Soy pastelera, es mi trabajo.
Mi T R A B A J O
y solo cuando yo lo decido y así lo quiero, también mi pasatiempos."
Nos quedamos mudos.




Pero es que queríamos torta y ella cocina muy rico.

lunes, 20 de julio de 2009

Still


I must give the impression.
That I have the answers for everything.
You were so disappointed.
To see me unravel so easily.
It's only change.
It's only everything I know.
It's only change.
And I'm only changing.
Lada lada ladadadada
lada ladadadadada.


You want something that's constant,
And I only want it to be me.
But. Watch.
Even the stars above,
Things that seem still
Are still changing.
Lada lada ladadadada
lada ladadadadada.

Ben Folds,
Over the Hedge OST




Allá afuera, es todo futuro.


[inevitablemente, aquí la vida es divina.]
Contracciones y aflojamientos,

developés y battement,

en dehors y en dedans

al dulce ritmo de Still.

Compenetración con la melodía.

la vida es esto, puro presente.


No importa nada.

No existe nada.

Solo este movimiento en el sonido

o la música en el cuerpo.

Nunca es bueno, malo, correcto, incorrecto, lindo, feo.

Es.


[quiero vivir en la música.]

viernes, 3 de julio de 2009

Diario de abordo

Un cuaderno. Un anotador. Un diario. En principio, para anotar eventos importantes –casamiento de Mariana; viaje al sur de Mendoza; estreno de dpto nuevo-. Luego, se fue filtrando la cotidianidad –16 hs médico; pelis que quiero ver: despertares, mientras nieva sobre los cedros, corre Lola corre; hoy, cumple de Javier; comprar medias opacas-, cada vez más cotidianidad –depi!; salida con Lucho (¿qué me pongo?); al fin feriado!!; hoy fuimos a tomar un helado con los chicos, la pasé lindo; ¿rindo o no rindo?-, cada vez más signos (de exclamación, de interrogación, de suspensión). Dudas, deseos e intenciones. Reflexiones. Cada vez más palabras subrayadas, tachadas, cada vez más colores, cada vez más intimidad. Ahora, su diario de viaje. ¿Viaje a dónde? No demasiado lejos, solo a unas horas, quizás días o aún meses de distancia. Al ella de después. No es un viaje demasiado intrépido tampoco, no. Tan solo una pizca de vida. Ahora, descripciones de alguna escena en el transcurso de su día, bosquejos también, y mamarrachos de esos que se hacen hablando por teléfono, alguna que otra entrada de cine abrochada, pétalos de rosas secas que siempre caen cuando está apurada… Frases sublimes que oye en el colectivo, fragmentos de textos publicados en blogs desconocidos
“…a primera vista el amor no me parece un compañero muy simpático, es más bien de los callados, pero es un callado popular, porque parece ser que todo el mundo lo conoce: “La pasás bárbaro con ese. El mejor momento de tu vida." Minga. Minga porque “no me habla en el msn”, porque “no sé qué somos”, porque “no me quiere cómo yo a él”…

Sin duda, su diario. De chica había llenado muchos diarios. Diarios sercretos con precarios candaditos de plástico. Las portadas iban cambiando. Al inicio, fue el rey león, y después, bastante tiempo después, fueron los garfields. De más grande, no había dibujos sino diversidad de texturas en matiz pastel. La tapa decía poco, el interior albergaba la historia de una modalidad de pensamiento que se construía sobre miradas ajenas. Una pequeña parte escapaba siempre al otro, y una parte aún más pequeña se le escapa incluso a ella.
La costumbre de escribir se la había llevado algún viento de la adolescencia. Un día, para recordar la fecha del casamiento de su hermana, había manoteado el anotador amarillo dispuesto junto al teléfono que nunca había usado. En ese anotador figuraron a lo largo del año una serie de eventos, por lo cual, al año siguiente, optó por comprar una agenda. Un cuadernito Norte, con una llama fucsia sobre un fondo celeste, lo más barato. Ahora, una pequeña agenda de tapa rígida naranja oscuro, nada pintoresca, con sus tres días por página y su sección de “notas” y de “teléfonos” era su pequeño jardín secreto. No tan secreto, no había nada que ocultar. Pero tampoco nada que mostrar. Ya no más diarios íntimos, que hoy juntan polvo en un cajón. Hoy, cumpleaños, horas y citas, especificando la dirección y el teléfono. Frases cortas. Escuetos comentarios que fijan emociones abrumadoras (incluso hasta por semanas) u observaciones que no adquieren demasiada trascendencia hasta ese después de muchas páginas, a veces, de muchos meses.
Es que todo eso se vería más adelante. En dos o tres años, un domingo después de almorzar, sentada junto al ventanal frío, abriría esa agenda, cómplice del tiempo y evidencia de que el hollín siempre sabe esconderse del plumero, para leer lo que alguna vez había sido su presente. Cristalizaciones excedidas de sentido. Ciertas palabras retumbarían en su cabeza, actualizando sensaciones que de otro modo nunca hubiesen sido en nadie. Otras pasarían de largo, a pesar de su importancia hoy, dos o tres años antes. El recuerdo de que fue, el registro de que estuvo. Se reconocería en el trazo de las a y de las l, pero sus r, s, p y q ya no serían las mismas. Tantas cosas ya no serían las mismas. Y sin embargo, los vestigios de aquel tiempo, no solo fantasías de una memoria o colores en una foto. Esos residuos ahí, en la redondez de las a y en lo afilado de las l, ahí, en ella.
Hojas de otoño. Eso lo había escrito hacía ya casi seis años en un cuaderno floreado. No llevaba diario entonces, solo la necesidad de escribir y siempre papel y lápiz. Cual hojas, cada página mostraba un mundo de ramificaciones de su pensar, todas cayendo del mismo árbol, pero todas todavía un poco verdes. Había sido un quiebre terminar esa historia. Había sido representativo de lo que podía hacer aquella humanidad librada a sí misma. Las palabras tenían peso y los límites no se negociaban más. Le faltaban dimensión y contexto a sus acciones, perspectiva, y ese fin fue lo primero que le partió la cabeza. Hojas de otoño empezaron caer; alguna melodía, poesía o letras de canciones, búsqueda de algún alivio pero preguntas, muchas.
Minga que Fulanito (o el más popular de los callados) fue lo mejor que te pasó en la vida, sino, ¿cómo se explica esa herida que se te abre al vacío? La tranquilidad del pequeño mundo se esfumaba porque se presentaban de pronto las partes que habían sido hasta entonces meramente mentadas. Y una mentaba a muchas más, y esas, a su vez, a más, y a más, y así, y la ansiedad de no tener certeza de nada y la angustia de duelar una vida tan chiquitamente simple. Vacío, o inmensidad de otras muchas mejores cosas que te pasan en la vida. Después del otoño, había escrito, el invierno –VACÍO- pero nunca más un invierno tan frío, pensaba ahora y recordaría haberse dicho después. Las hojas de otoño tenían que amarillentarse en algún momento y terminar siendo el polvo que se acumula en los pliegues de su agenda. INMENSIDAD. Ahora, inconmensurable inmensidad que aguarda a que se ajuste al tiempo. Porque el tiempo no espera. Y una pequeña agenda de tapa rígida naranja oscuro, nada pintoresca, con sus tres días por página y su sección de “notas” y de “teléfonos” no lo captura ni lo detiene. Solo lo evidencia.

Adrienne
03-07-09

domingo, 28 de junio de 2009

sobre adquisiciones recientes


No lo recomiendo.

Protagonistas: Sandra Guida, Rodolfo Valss, Nicolás Armengol, Ivanna Rossi, Rubén Robbets y Gustavo Monje.

¿De qué trata? De una historia de amor enmarcada en el turbio ambiente de los antros de jazz, narrada exclusivamente por la música y por el baile. Gansters, mujeres sensuales, sueños americanos frustrados...


La frase: "¿Cuál es el fin si en tu vida no hay swing?"


*Lo malo: Los cantantes dejan mucho que desear, excepto por la chica más joven, aunque no se luce. Por otra parte, no se logra generar un ambiente de antro y por momentos, la dinámica de la historia se vuelve aburrida. Finalmente, las canciones son demasiado solemnes.


**Lo peor: No transmite. Uno lo mira y tiene tiempo de pensar "ah, estoy mirando a una minita cantar y a unos chaboncitos bailar"... Horror! Si el espectáculo no envuelve, es malo.


*Lo bueno: La banda de jazz es buena. De todas formas, recomiendo buscar el soundtrack original que seguro es mejor. Los bailarines son bastante buenos, en especial cuando bailan en pareja, pero hay una serie de improlijidades que podrían evitarse. Algunos momentos de Tap son excelentes.


**Lo mejor: La escenografía. El formato es el de un comic en negro y blanco, con solo algunos pocos rojos que hacen contraste, y muchos juegos de luces y sombras.



***


Muy recomendable.

Basado en el libro de Bernhard Sclink, El Lector (1995), Kate Winslet y Ralph Fiennes interpretan una historia de amor o de obsesión no tan inocente atravesada por una temática típica de la segunda guerra mundial pero desde un enfoque muy particular, basado en una cuestión educacional.

Kate es lo más.

Comentarios que he oído:

-Claro, es la mentalidad nazi en su forma más pura: obsesión por el orden y la limpieza, no importa el costo.

-Qué difícil que la exhibición de una película que no toma partido explicitamente por las víctimas del Holocausto no sea prohíbida.

-El problema es estrictamente la educación.

-¿Cómo van a mostrar a los judíos así tan insensibles? Van a generar más antisemitismo.

-¿Pretenden que entedamos a los malos? ¿Eso en qué cambia lo que pasó?

-Es genial que haya una reflexión sobre los que estuvieron del otro lado del que siempre se muestra.

-El eje es repensar temas como la justicia, las leyes, la función de los abogados...

-Promueve la pedofilia, cualquiera.

-La historia es ÉL, y me da un poco de pena.

No quiero escribir comentarios más "profundos" porque les arruino la peli!!

sábado, 13 de junio de 2009

martes, 9 de junio de 2009

somewhere i have never travelled

Somewhere i have never travelled, gladly beyond
any experience, your eyes have their silence
in your most frail gesture are things which enclose me
or which i cannot touch because they are too near

Your slightest look easily will unclose me
though i have closed myself as fingers
you open always petal by petal myself as spring opens
(touching skilfully, misteriously) her first rose

Or if your wish be to close me, i and
my life will shut very beautifully, suddenly
as when the heart of this flower imagines
the snow carefully everywhere descending,

Nothing we are to perceive in this world equals
the power of your intense fragility; whose texture
compels me with the colour of its countries,
rendering death and forever with each breathing

(i do not know what it is about you that closes
and opens; only something in me understands
the voice of your eyes is deeper than all roses)
nobody, not even the rain has such small hands

e e cummings (en Hannah and her sisters)



***********************************************************
(mejor esto que debates y metadebates intelectualoides acerca de la intelectualidad)

sábado, 30 de mayo de 2009

Dilema ideológico

¿Alguien vio “Paris”? No “Paris je t’aime”, simplemente PARIS, la película francesa. Si alguien la vio, le pido que identifique la parte en que se enfoca al historiador. Básicamente, un hombre grande, profesor de historia de la Sorbonne, está rodeado de académicos que se ensañan con detalles de detalles de detalles de los temas que investigan, o en otros términos, que cavan sus propias cuevas intelectuales en las que aparentemente tienen vidas plenas e intensas, ya que se regocijan con el saber, con la erudición… A este profesor, al que esta modalidad de vida no le termina de cerrar, le ofrecen un trabajo en la televisión cuyo fin es “democratizar” el conocimiento histórico, volverlo accesible a la plebe no intelectualoide. La contrariedad es simple: haciendo popular el saber, los hilos finos del entretejido histórico deben ser resignados. Hay que simplificar. Como para cualquier intelectual, dejar de lado los hilos finos representa un precio alto para este profesor, en tanto que las delicadas y sutiles complejidades más sabrosas de las investigaciones se vuelven vanas, insignificantes. Otro factor que influye es que los de la tele pagan bien. Y sí, es claro que influye. El amor por el conocimiento sin plata simplemente no alimenta ni necesidades básicas ni necesidades generadas por el entorno social.

Entonces, este profesor se encuentra en un dilema: o se niega a colaborar con los medios y hunde por siempre su cabeza de avestruz dentro de la madriguera del conejo blanco de Alicia y se pierde en el mundo de lo trascendente, u opta por una cotidianidad más bien mundana y, podríamos decir, traiciona su causa -al menos en cierto aspecto- buscando la riqueza y la satisfacción en el intercambio diario con el común denominador de los mortales, interesados por cierto en el saber, pero no taaaan en extremo.

Esto es solo una parte del principio de la película, así que, si todavía no la vieron, no se preocupen porque no les conté nada relevante, pero mírenla porque está buena. Me dirijo a aquellos que ubican a este personaje y a su problema (aclaro: a nadie se le prohibe leer este post, solo que es recomendable primero ver la peli).

El tema es este. Me fui a Córdoba, a unas jornadas de Filosofía. Tal como me habían anticipado, no hay una discusión filosófica realmente enriquecedora en estos encuentros, sino que son líneas que se suman al CV para poder ganar becas y subsistir al menos un tiempo con plata del Estado destinada a investigación. A ver, para mí fue muy agradable, porque las pocas personas que estaban en mi ponencia hicieron aportes interesantes y porque fue sumamente ameno. A su vez, yo no tuve vacaciones este año, y como pequeña escapada, ir a conocer Córdoba con amigos y compañeros que aprecio y con los que paso buenos ratos es super genial. Pero volví con un gusto amargo, y tiene que ver con lo que describí que se ve (o que yo veo) en la película respecto de este profesor. ¿Cómo sintetizarlo?

Digamos que hay dos pilares: (1) X dijo que le llamaba la atención como los estudiantes de abogacía pueden cursar, si quieren, toda la carrera de forma laxa y después tener la autoridad como para decidir sobre la libertad de los individuos. La abogacía, siguiendo esta línea, debería ser considerada como una mera técnica, una ingeniería fundada en un profundo planteo acerca de las bases sobre la que se constituye el derecho. Este profundo planteo no existe, los textos son sagrados, atentar contra ellos es una osadía, no importa que hayan sido escrito hace 10, 100 o 1000 años. Pero en la Religión existe una fuerte corriente crítica al dogmatismo, ¿por qué en el Derecho no? O, si existe, ¿por qué no es un “algo” central de la carrera? La teoría debe guiar a la práctica, fundamentarla...

No llegamos a la tesis del filósofo rey de Platón… Pero medio que casi, no? Es decir, hemos probado sistemas sostenidos en la teoría, y no podemos decir que fueron increiblemente excelentes y perfectos en todas sus facetas. Un ejemplo actual y cotidiano, probablemente malo, es el intento de la Facultad de Filosofía y Letras de ser un espacio de reflexión, de evaluación y elucidación, de fundamentación… ¿En que sentido este espacio es mejor que la facultad de Derecho o que la facultad de Medicina? Soy blanco fácil de crítica en esta instancia porque la tendencia política de extrema izquierda consideraría un horror atenerse únicamente a cuestiones de los estudiantes: eso implicaría silenciar urgencias sociales, desligarse de la situación del mundo. Esta es una pequeña parte de por qué es mejor nuestra facultad, la lucha por causas del mundo. ¿Pero funciona mejor? No, claro que no. Es un caos (conste que estoy enamorada de Puan y cuando estaba en TEA extrañaba este caos). Pero ocuparse de la funcionalidad es ya inclinarse a la derecha, y eso está penalizado. Más allá de mis opiniones políticas –que, aunque parezcan ser absolutamente contrarias a la tendencia de la facu, en realidad, no lo son tanto. Es solo que no acepto cassette de personas adoctrinas en determinados credos- la pregunta es ¿realmente somos capaces nosotros de esa teoría que se permite observar los problemas mundanos y, en especial, decir que sabe como mejorarlos, para dar lugar después a los especialistas en aplicar técnica (apoyada en la teoría) a obrar según el paradigma vigente? Y acá aparece (2).

(2) Z se preguntó cómo es posible que un jugador de futbol, no importa quien, que tiene una barbaridad de dinero no contrate un profesor para que le enseñe a hablar bien en tanto ESO es no solo importante sino LO MÁS esencial en la vida. El tema es el siguiente: yo estoy de acuerdo con decir que una persona culta, o al menos alfabetizada, es quizá más libre que alguien que no puede comprender una gran parte del mundo porque no tiene acceso; pareciera, a simple vista, que una persona que está bien educada tiene más posibilidades de elegir. Pareciera, y en mi opinión, es un hecho. El problema es que la persona que hace este planteo no se cuestiona si el jugador de futbol no está interesado en aprender lo que para ella es tan importante porque su vida pasa por otro lado, sino que lo considera un tonto. No se detiene a pensar que también puede la vida del jugador ser plena, grata y valorable -porque en realidad nunca la eligió-. En cierto sentido, es cierto. ¿Cómo hablar de elección si al parecer no hubo opción? Pero ¿por qué descalificar?

Y esto es algo muy propio de círculos determinados de Filo, esta idea de, por así llamarlo, elitismo. No me quiero extender mucho más porque ando con fiebre y quisiera tirarme a dormir. Simplemente quiero destacar que me indigna una y otra y otra vez esta cara del ámbito intelectual que cada vez voy conociendo más. El dilema que plantea el profesor de la película es algo que tengo en mente a diario -no de la misma forma, pero creo que es una buena imagen de lo que busco transmitir-. La filosofía, para mi, tiene que ver con abrir, abrir cabezas, caminos, horizontes. Si bien conozco mucha gente que tiene mundos inagotables, cabezas aparentemente super receptivas, miradas que observan cada detalle de distintos ámbitos de la vida, encuentro en todos esa constante de soberbia, de altanería (quizá implícita), que a mi parecer no hace más que cerrar, encerrar. Y así, enclaustrados en la crítica y el análisis de una realidad mundana, eventualmente se sienten parte pero suelen sentir que pueden ver desde afuera, lo cual genera esa idea de omnipotencia a fin de cuentas tan etérea.

Me indigna porque creo fervientemente que estar de lleno en el mundo, estar comprometido con él, es un eje de toda posible ideología que no implique descalificaciones ni subestimaciones de ningún área de la sociedad. Y sin embargo, en la práctica, tomo decisiones que delatan mi deseo de querer formar parte del mundo académico, y de última, después, sólo después, una vez asegurado un futuro económico más o menos aceptable, ver que hacer con esta molestia que siento. He aquí mi dilema.

sábado, 23 de mayo de 2009

Jackie



I just want to tell you that everything is going to be all right.



"Pocas semanas después de conocernos, recuerdo que le puse a Jacqueline una grabación del preludio y el liebestod de Tristan e Isolda. No había escuchado nada de Wagner, pero cuando escuchaba algo por primera vez lo hacía suyo enseguida. Todo lo que yo le mostraba, o todo lo que escuchaba, parecía extraer algo que ya llevaba dentro. Le horrorizaba todo lo que fuese falso, o mentiroso o artificial. Tenía algo que muy pocos interpretes tienen, el don de hacer sentir a los demas que en realidad ella iba componiendo la música a medida que la interpretaba. No sabía lo que era tener dificultades técnicas, ni lo que significaba tocar sobre seguro. Había una sensación de puro abandono cuando tocaba, y esa cualidad le granjeaba el cariño de sus colegas y de su público. Había algo en su manera de tocar que era absoluta e inevitablemente correcto, en lo que respecta al tiempo y la dinámica. Tocaba con mucho rubato, con gran libertad, pero resultaba tan convincente que uno se sentía como un pobre mortal frenta a alguien que poseía algun tipo de dimensión eterea. Hasta que la enfermedad comenzo a incapacitarla, podía hacer lo que se antojaba con el violonchelo y necesitaba practicar muy poco. Tenía una capacidad para imaginar el sonido que no lo encontré jamás en ningun otro músico. En realidad era un criatura de la naturaleza, una música de la naturaleza con un instinto infalible."

Daniel Barenboim sobre Jacqueline du Pre en Mi música en la vida.
***
Hermosa película.
Una imagen descuidada pero cautivante. Uñas cortas. Dedos maleables. Movimientos entrecortados y bruscos. No es el perfil de la disciplina sino del deseo en su forma más pura.
*Pasiones desordenadas*
El entrecejo casi siempre fruncido; bronca, insatisfacción, tristeza, vacío. El deseo en su forma más pura es siempre vacío.
Y entonces, soledad.
*Siempre por amor*
Siempre más, solo por amor.
Siempre más ruido.
Y a fin de cuentas, ese amor que la aliviaba no era más que otro poco de ruido.
Shhh...
*Silencio*
***
A ella: nada.
Y a nosotros... a nosotros nos queda ese ruido, que ya no tal. Es sucesión de sonidos y silencios admirados y degustados por los más finos oídos. Es melodia expresiva (es ese amor que reclamaba y que no sabía pedir de otro modo, porque le habían enseñado que para valer, para ser, hay que ganar. Simplemente con ser no alcanza.)
***
[Asomate fuera, porque en perspectiva los roles son claros, tu lugar se pone en evidencia, y el cambio se vuelve posible. Sino, es un determinismo inevitable, u otro cuento de Zola.]
***
Hilary and Jackie (1998)

viernes, 15 de mayo de 2009

Sunrise Sunset


Esto es lo que se ve desde mi balcón. Es lindo.

A veces me olvido de como esas cosas, las más simples, condimentan la cotidianidad con las plenitudes y alegrías que quizás se anhelan equivocadamente en fantasías o se esperan como fruto de alcanzar aquello imposible ["Soñar, lo imposible soñar..."].
Si. Trillado. Cursi...
Otra de tantas cristalizaciones vacías transformadas en producto de consumo masivo, desprovisto de contenido. Pero algunos de estos lugares comunes, así, aparentemente llanos, se resignifican en situaciones particulares de vida, cobran dimensiones nuevas, espesor… Y a fin de cuentas, son éstas mismas frases, en un principio huecas, las que se repiten una y otra y otra vez, cada vez más impregnadas de experiencias. Son éstas mismas frases, tan simples y generales, las que expresan tanto diciendo tan poco. Son éstas mismas frases las que permanecen idénticas a sí mismas mientras que aquél que las pronuncia va engrosándose en espiral.
["La felicidad está en las cosas simples"]
Así pués, quiero volver a vestir mi balcón de colores (tuve que sacar todas las flores porque mi tortuga se las comía, pero ahora que va a invernar tengo que aprovechar).







- solo quiero que mi buen humor me acompañe todo el día -

domingo, 10 de mayo de 2009

Bye Bye Love






Tras bambalinas ya largaron el humo y algunas piernas comenzaron a temblar. Tosemos un poco, nos miramos y soltamos unas risitas agudas. Ya es chiste habitual actuar como si el humo fuese un bailarinicida.
"Yo no sirvo para esto, me pongo muy nerviosa.
-Pero después, cuando arranca la música, todos esos nervios se te transforman en la energía que le querés transmitir a la gente, o no?
-Sí, es cierto. Le querés dar todo de vos. Es mágico."
Y es cierto. Es mágico.

El iluminador nos hace guiños con las dos luces azules. Estamos por empezar.

El escenario se sumerge de repente en una oscuridad total. Luego, se oye deslizarse pesadamente el telón sobre las tablas.

Ellos aguardan ante un escenario silencioso y desnudo.
Para nosotras, escondidas y apretadas detrás de las patas, es un alivio finalmente ver algunos de sus rostros. Ansiábamos conocerlos, y ya está, ya los hemos visto. Están ahí.
Esos segundos son lo más intensos. Alivio, pero también tensión. Somos la carta de presentación de la noche, pero cada noche somos lo que las miradas hagan de nosotras. ¿Qué seremos esta noche?
Contenemos la respiración. Toda la adrenalina se concentra en la boca del estómago. Por favor, que larguen la música, que vamos a morir ahogadas.

“Yep…” Y explota.

miércoles, 29 de abril de 2009

entrega


Una sola regla en este juego:
Vos preguntás
Yo contesto.
No sobran las palabras.
Tiempo,
confianza.
Entrega.

lunes, 27 de abril de 2009

La bohemia

Bohemia de Paris
Alegre loca y gris
De un tiempo ya pasado
En donde un desván
Con traje de Can-Can
Posabas para mí y
Yo con devoción
Pintaba con pasión
Tu cuerpo fatigado
Hasta el amanecer
A veces sin comer
Y siempre sin dormir

La bohemia la bohemia
Era el amor felicidad
La bohemia, la bohemia
Era una flor de nuestra edad

De bajo de un quinqué
La mesa del café
Feliz nos reunía
Hablando sin cesar
Soñando con llegar
La gloria conseguir
Y cuando algún pintor
Hallaba un comprador
Y un lienzo le vendía
Solíamos gritar, comer
Y pasear alegres por Paris

La bohemia, la bohemia
Era y jurar te vi y te amé
La bohemia, la bohemia
Yo junto a ti triunfar podré

Teníamos salud
Sonrisa y juventud
Y nada en los bolsillos
Con frío y con calor
El mismo buen humor
Bailaba en nuestro ser
Luchando siempre igual
Con hambre hasta el final
Hacíamos castillos
Y el ansia de vivir
Nos hizo resistir
Y no desfallecer

La bohemia, la bohemia
Era mirar amanecer
La bohemia, la bohemia
Era soñar con un querer

Hoy regrese a Paris
Cruce su niebla gris
Y lo encontré cambiado
Las lilas ya no están
Ni suben al desván
Moradas de pasión
Soñando como ayer
Rondé por mi taller
Mas ya lo han derrumbado
Y han puesto en su lugar
Abajo un café-bar
Y arriba una pensión

La bohemia, la bohemia
Que yo viví su luz perdió
La bohemia, la bohemia
Era una flor y al fin murió.

Charles Aznavour
(la versión original, en francés, es más linda...)

domingo, 12 de abril de 2009

Idea

Todavía quedaba dando vueltas una idea. A veces interrumpía una charla. A veces se imponía en un sueño. O simplemente se colaba por la puerta trasera de su conciencia y hacía un poco de ruido cuando estaba en soledad. Lo importante era recordarle que seguía siendo. Lo importante era estar presente.
Todavía quedaba dando vueltas esa idea. Nunca la había aprehendido, había aparecido solita. Sin portador, se desvanecería. Su anhelo era figurar en los libros de historia, no importaba demasiado bajo el nombre de quién, no importaba demasiado en que contexto. Solo plasmarse. Una vez escrita, editada, divulgada, ya no existiría la posibilidad de disolverse, de desaparecer.
Todavía quedaba aquella idea, merodeando una mente frágil, vulnerable a la intromisión de contenidos ajenos a elecciones suyas. Una mente poco brillante, quizá demasiado plástica, demasiado sobornable. Nunca la había intuido, se había presentado solita. No le había costado cobijarse cómodamente entre pensamientos cotidianos. Una condenada mente perfecta para éste huésped.
De las demás ideas, muchas habían logrado su cometido. Sobrevivían entre sucesiones de trazos, en cuadernos, en revistas, en libros, y avivaban su esencia en cada lectura atenta. No morirían, al menos hasta la próxima etapa de crecimiento de la estrella que despertaba tantos anfitriones. Pero para entonces, algunos seguro se refugiarían en nuevas tierras y junto con ellos, ellas. Los habían convencido de su incomparable riqueza y ellos las atesoraban más que a sus propias vidas. Aquellas que no habían tenido la paciencia suficiente se habían diluido entre pensamientos humanos que habían logrado obtener cierta jerarquía. Poderosas pero tan, tan dependientes. Parásitos.
Era la última. Perseverante, no desesperaba por plasmarse, solo esperaba. Su anfitrión era aún joven, por lo que no podría todavía expresarla en su totalidad, o al menos no de forma clara. Había que darle tiempo, sembrar pequeños pilares aquí y allá para que pudieran constituirse de a poco las conexiones necesarias que, en términos humanos, iluminarían pronto esa mente y que, persuadida de que todo aquello había surgido de sí misma, no dudaría en querer compartirlo con su comunidad. La idea pues, como sus predecesoras, no solo quedaría inmortalizada en papel o en archivos virtuales, sino que disfrutaría del hospedaje de miles de anfitriones, ensanchándose y engullendo cada vez más ser. Esos eran los proyectos de la idea, que cada vez, pero disimuladamente, invadía un poco más la frágil mente humana.
***

Agustina estaba por cumplir los dieciocho años. Aquel año terminaría el colegio, finalmente, y se dedicaría a su gran amor, la música. Un único problema le preocupaba. Desde chica, y cada vez con mayor énfasis, una idea se le presentaba en forma autoritaria. Una molesta idea. Charlando con amigas, practicando piano, soñando, la interrumpían unas veces imágenes, siempre las mismas, u otras veces, como ruidosa música de fondo o como el zumbido de una mosca, insistía esa extraña parte de su mente en perturbar su concentración. Decidió comentárselo a una psicóloga, que la derivó con un psiquiatra. Es un pensamiento obsesivo, le dijo. Nada más. Durante algún tiempo, tomó una medicación que erradicaba pensamientos obsesivos y poco la poco la idea fue desapareciendo de su mente. Luego dejó de tomar la medicación. Su mente ya estaba limpia. Solo quedaban los pensamientos que elegía. Así, se entregó con amor y dedicación a tocar el piano. Su nombre y su historia como concertista figuran hoy en los libros de historia. Sus obras son mundialmente conocidas. De aquella idea, no ha quedado el menor rastro.

martes, 7 de abril de 2009

Il Cielo In Una Stanza

Quando sei qui con me
questa stanza non ha più pareti
ma alberi,
alberi infiniti
quando sei qui vicino a me
questo soffitto viola
no, non esiste più.
Io vedo il cielo sopra noi
che restiamo qui
abbandonati
come se non ci fosse più
niente, più niente al mondo.
Suona un'armonica
mi sembra un organo
che vibra per te e per me
su nell'immensità del cielo.
Per te, per me:
nel cielo

Gino Paoli

p.d.: yo prefiero la voz de Franco Battiato
La versión de Bruni, mitad francés mitad
italiano también es dulce.

martes, 31 de marzo de 2009

Aire

..."No soy de los que tienen ideas entre los libros, en contacto con libros. Estoy acostumbrado a pensar al aire libre, andando, saltando, escalando, bailando, sobre todo en montes solitarios o muy cerca del mar"...

Nietzsche, La Gaya Ciencia, 1882

domingo, 29 de marzo de 2009

domingo

hola que tal
soy el chico de las poesias
tu fiel admirador
y aunque no me conocias
hoy es noche de...
***
Si quiero. Quiero escribir algo pero no sé qué. Sé que no. Eso es mucho en realidad.
No quiero eso que habla de uno hablando de todos como si todos fuesemos realmente todos y no fuera solo yo misma hablando de mí. En fin. Igual no sé si no puedo no hacer lo que no quiero... Después es una decepción autoleerse y pensar que parece ser que hice lo opuesto de lo que quería hacer cuando hice lo que hice.
Pregunta ¿La filosofía es pura retórica? Eso es muy triste...
***
-Ay, te quiero!
-Yo también, mucho.
-Mucho, mucho mucho.
-Yo más, te super adoro.
-Te extrañaba
-No te imaginás cuanto!
-Sí! Que bueno verte
(abrazo)
-No sabés cuanto te quiero!
(sonríe, saca la lengua y se ríe)
-Tá, pero yo más.
-No, yo!
Bueno
Basta
***
Me probé un jean. Me iba bien pero el problema era agacharse. Un tiro demasiado bajo. Entonces, jean descartado. Uno igual, pero un poco más alta la parte de atrás. No, quería azul profundo, con rayitas, y pata ancha. No, no entendés. Tengo una fijación con el azul ese, y con las rayitas blancas. Busqué en 12 locales, pero o había jean con rayitas pero clarito, o azul profundo pero sin rayitas, o chupín, y el chupín es horrible. Y si había azul y con rayitas, me iba grande, o me iba chico, o no era alta la parte de atrás, o los bolsillos traseros no tenían bordadito lindo. Ah sí, también quería con bordadito lindo. Sí, muy específico, y como no encontré, no compré. Me dijeron que hace dos años estaban de moda esos jeans, pero ahora ya no, así que iba a ser dificil encontrar uno. No importa. Tengo la idea fija. Tendré que esperar, en un par de años seguro vuelve. Esperar a que se pongan de moda y que todos se vistan igual por unos meses para poder comprarme ese jean que quiero yo ahora. Será ese jean, o no será nada. Eso decía San Martín.
***
Bailando la toqué
y ella se dejó
me aprovecho y
bam bam bam
La toco y
bam bam bam

martes, 24 de marzo de 2009

Lennon said

Life is what happens to you while you're busy making other plans


Beautiful Boy (Darling Boy)

viernes, 6 de marzo de 2009

Clau está en casa

El martes le gritó mal. Mal mal. Se sacó, como dice siempre Clau. A mi no me cierra, porque parece tan tranquila. Pero igual le creo. Le dijo que no aguantaba más verla vagando por la casa, en su nube de cuentos melodramáticos. Clau dice que a veces se sienta en el pasillo a pensar. Que se mete en su fantasía para que sus personajes adquieran formas y matices que la trasciendan. Y que de hecho se sorprende por las historias que ellos mismos le terminan mostrando. Siempre me insiste en que acaba por quererlos más que a su propia familia.

Y claro. Estar pensando en el pasillo es vagar. Al menos para Silvia, porque ella está todo el día de acá para allá, se ocupa de la casa, de los trámites, de los tres hermanos y de sus ropas y platos sucios, se toma un descanso para trabajar un poco, y cuando duerme, seguro que sueña con todo lo que no alcanzó a hacer durante el día, porque se despierta muy cansada y de mal humor. No es que no la quiera a Clau, pero no entiende como puede desperdiciar su vida en laberintos imaginarios. ¿Cómo se va a mantener cuando ella ya no esté? A ella le costó tanto llegar hasta donde llegó, tener su casa, su plata, dar un buena educación a sus hijos… Y todo porque se mató trabajando, primero de vendedora de maquillaje, después en la peluquería de arenales como masajista y cosmiatra, y ahora, finalmente, con su propio negocio de productos de belleza y de tratamientos corporales. Sí, le hubiese encantado seguir la carrera de psicología social, pero la vida la llevó por otros caminos. Entonces no tiene sentido que su hija tenga una vida mediocre y fantasiosa cuando todo lo que Silvia construyó fue para ella.

Para ellos. Pero Luis y Andrés no tienen problemas. Luis desde chico se interesó en la arquitectura, y se recibió muy joven, a los veintidós, con un promedio de 9,75. Y eso que mientras estudiaba, trabajada en un estudio. Y cuando tenía un poco de tiempo libre, se dedicaba a leer y a ver películas. Un chico diez. Y tan bueno… Siempre muy bajo perfil, calladito, tranquilo. Lástima que no tenga demasiados amigos, ni novia, porque es una persona que, al menos hasta donde yo conozco, se hace querer. Y Andrés, bueno, Andrés es especial. En el colegio era un desastre, pero a los dieciocho se puso a trabajar en turismo y a los pocos meses ya tenía suficiente como para mudarse solo y hasta comprarse un auto. Hizo un terciario de hotelería y turismo después, como para tener un título. Pero lo importante para estar tranquilo, la plata, lo consiguió rápido, a pesar de todo. Digo, por aquella época de alcohol y drogas. Silvia piensa que en realidad no fue más que una de las tantas cosas que los chicos hacen cuando son adolescentes y quieren transgredir, y no es tan grave. Igual ella también te dice que es especial. Ahora? Andrés de vez en cuando visita una psicóloga que lo ayuda a mantenerse firme en sus decisiones, un chico con la mente clara.

Sí, es obvio que la única que está mal es Claudia. En el colegio también siempre fue muy buena alumna. No como Luis, claro. Pero igual era buena. Tenía más carácter que sus hermanos. De chica se peleaban mucho con su mamá. Silvia siempre cuenta que no sabía que a los seis años algunos chicos ya se comportan como si tuvieran catorce o quince. Eso lo descubrió con Clau, que le llevaba la contra en todo. Pero cuando terminó el colegio Claudia no quería estudiar. Quería escribir. Como si se pudiera comer de lo que se escribe. A los veinte decidió meterse en Letras, pero solo porque Silvia la amenazó con echarla de la casa: “o estudiás o trabajás o te vas a la calle”. Igual estudiar Letras no era lo que Silvia pretendía que hiciera cuando le dijo eso.

Y ahora, ya casi con veintidós años, la piba todavía ni está cerca de recibirse. Tiene un trabajo inestable y sin futuro, en un bar de música como camarera, los fines de semana. El resto de su tiempo vive en su nube. Una vaga. Silvia ya pasó la etapa de desesperación respecto del futuro de su hija. Ahora solo está enojada. Su enojo pasa por no hablar. Nunca. Por eso me cuesta imaginar que haya gritado. Al parecer tiene sus días… Acumula, acumula, y el silencio explota en gritos y portazos. Antes Clau le tenía miedo y se paralizaba, pero ahora me dice que a veces esas situaciones se transforman en competencias: a ver quién grita más fuerte, a ver quién lastima más con las palabras, a ver quién hace más ruido pegándole a la pared o pegando los famosos portazos.

Pasa que Clau sabe que si se pone a trabajar nueve horas por día, como quiere du madre, va a dejar de escribir. Y ella lo único que quiere es es-cri-bir... Además, está demasiado entusiasmada con sus proyectos. Por ejemplo, tiene un blog, que lo visitan como cien personas por día. El otro día, vinieron unos de la revista Viva para hacerle una entrevista. Le avisaron que recién a fines de marzo va a salir el artículo. Que Silvia no se entere, por dios. Ah! Y tiene un grupo con el que va al hospital de niños ése de Sánchez de Bustamante a leer sus cuentos. A veces también va a centros culturales de gente ciega.

Bueno... pero todavía no llegué a contarte lo que pasó! Se ve que Silvia se sacó, y esta vez amagó a pegarle. Te insisto, no me la puedo imaginar, es una mujer tan tranquila. Así que ahora Clau está pasando unos días en casa, pero ya se puso en contacto con un chico de Córdoba que le dijo que la bancaba unos meses, al menos hasta que se consiga algo allá, algún trabajito y una habitación en alguna residencia. Y cómo ella se quiere ir a vivir a Córdoba desde muy chica, le viene bien.

El chico éste formaba parte de este grupo del que te hablé, viste, pero se fue a estudiar a Córdoba el año pasado. El tema es que al parecer él ya tiene un grupo con el que hace lo mismo que hace Clau acá. Y Clau me contó que hasta tienen apoyo económico para concretar proyectos sociales vinculados con la literatura.

Sí, va a dejar la carrera. Te repito, solo la empezó por su madre. Igual me dijo que allá hay un profesorado fácil que dura tres años y es estatal, lo cual le viene bien porque le da un título que le permite ejercer algo de lo que le gusta sin sacarle demasiado tiempo para escribir. O al menos así lo piensa ella. Ya veremos. Vos, ¿cómo estás?

sábado, 21 de febrero de 2009

The Shape of Things

¿Qué tan lejos uno puede llegar? Por amor. Por arte. Por curiosidad. Por ideología. Por deber. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a a cambiar... por un otro? ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar? ¿Hasta dónde es un hecho la capacidad de empatía que nos adjudicamos? La obra de una persona puede trascender, pero... ¿qué implicó ese logro? Simplificando a Maquiavelo, y retomando una frase muy trillada... ¿El fin justifica los medios?


¿Qué es el arte? ¿Qué está permitido hacer en su nombre? Arte contemporaneo... Quiebre de estructuras, traspaso de límites, objeción a toda restricción posible...

¿Donde termina la verdad y empieza la ficción? ¿Cuál es el estatus de la verdad hoy por hoy? ¿Y qué queremos decir por verdad? Porque... ¿Es acaso la ficción más válida que la verdad?


"Hay una linea entre el querer decir algo y llamar la atención"

Basado en la presentación de Neil Labute
La forma de las cosas
"Un reparto joven y sólido (Fernán Mirás, Griselda Siciliani, Magela Zanotta y Sergio Surraco), seleccionado por Veronese, se embarca en esta comedia negra brillantísima que gira en torno a los límites del arte contemporáneo, aunque su tema básico (reminiscente de "In the Company of Men", película de culto del mismo autor), es la manipulación de las relaciones humanas."
"Neil Labute es un dramaturgo americano que ya está dando que hablar: es uno de los más reconocidos enfants terribles del Off- Broadway y del cine independiente, bendecido por la crítica inglesa y norteamericana y que ha conseguido algo tan difícil para los jóvenes americanos de su generación como estrenar - dos temporadas seguidas - en el Almeida Theatre, el teatro."
Fuente: Alternativa Teatral
Límites...
Wittgenstein...
ay sí, siempre tengo que mencionarlo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Hubble, o polvo de estrellas


Imágen del "Hubble" (primer telescopio espacial)
Así nacen las estrellas.
Así nacen los elementos de la vida.
Así nacemos...
No somos más que polvo de estrellas.
Pero ¿qué es el Universo?
Materia física, sí. Pero también materia oscura, que no entra en la tabla de los elementos. Qué es la materia oscura? Un nombre vacío? No. O si? Qué designa?
Materia física + materia oscura= 1/3 del universo...
De qué están hechos los otros dos tercios?
¿De que está hecho el universo?
¿De qué estamos hechos...?

sábado, 31 de enero de 2009

Nothing but dust in the wind.



The Days the Wind Blows...

Walking by the beautiful blue sea
I realise that what I'm worrying about is really meaningless
In this day the lukewarm wind is blowing,
I can see
I've been terribly dazzled
There's a glimmer in the sadness, but

How could you do a thing like falling in love with me?
More and more, falling in love with me...

The morning I couldn't even see that,
and the song I couldn't hear
The self I haven't met, perhaps I can meet

I lined up conceited words to say
"You're going too fast",
I said, but it's all right, we can build on that
Because the unforseen feelings, in my heart,
Have come overflowing.
Have come, advancing like this, but

Although I'm getting used to who
I've become,
I'm still always changing
I don't mean I'm unaccustomed to myself,
though, because I'm sure that this is me

Tell me you'll extend your hands
and embrace me, oh far sky
And I'll feel alive

I'll be protected in the center of the world this way,
I sometimes thought, alone
Being released into the center of the world,
I sometimes felt like that

How could you do a thing like falling in love with me?
More and more, falling in love with me...

The morning I couldn't even see that,
and the song I couldn't hear
The self I haven't met, perhaps I can meet

...do you still remember?

sábado, 17 de enero de 2009

viernes, 9 de enero de 2009

La casa Barbie

Era una casa de Barbie –odiaba las barbies, pero ésta era una casa de Barbie, y punto- muy muy grande. Una mansión Barbie.

Las paredes estaban pegadas. Los muebles también. Todo el decorado no era más que papel. Una cama rosa, con almohadones enormes, rosas y blancos, un cubrecama de satín rosa -como si la textura del satín pudiese trascender la textura áspera del papel-. Al lado, una mesita de luz de madera color tierra misionera profundo. Encima, una lamparita rosa con un moñito rosa – el moñito, también de satín-.

Junto a ella, una cajita de porcelana con detalles plateados. ¿Qué había dentro? Como era solo un dibujo, no podía abrirla, así que, pensó, la llenaría todos los días con un poco de imaginación.
Quizá fuera una cajita de Pandora... pero –por suerte- cerrada por siempre, callada por el papel.

En el piso dibujado, una esponjosa alfombra que daba ganas de caminar sobre ella con los pies descalzos. Pero era todo papel.

La piel de sus pies solo podía sentir el frío del borde metálico sobre el que estaba parada, y la piel de sus manos no podía más que acariciar algunos pliegues de su habitación. Su habitación, un dibujo, su realidad, un borde.

El papel de las paredes de la habitación de papel tenían motivos como corazoncitos y estrellitas, todo rosa y plateado. Una habitación estridente. Los diseñadores de la mansión Barbie no sabrían nada de Feng Shui, aunque quizá sabían mucho de marketing.

Una habitación de dos dimensiones, inaccesible al ser de tres.

Del otro lado, al borde del borde metálico, un hueco enorme. Colgaban cuerdas del techo, y los demás habitantes de la casa –sí, había otros seres que al parecer vivían en esa mansión Barbie- paseaban de cuarto en cuarto (o de borde a borde) usando las cuerdas como lianas. Cada cuarto tenía un decorado distinto. A veces no todo era rosa. Habia como once cuartos, tres baños y una cocina.

Todo de papel. Lo que no era de papel eran los bordes metálicos. Es que eso era estar en el cuarto. Estar sobre el borde ese e imaginar que en realidad estaban dentro del decorado. O capaz no imaginar… Ellos creían que realmente estaban dentro.

Claro, ellos no sabían que era una casa de Barbie. No sabían que era una mentira. Un juego. Ellos pensaban que era su casa. Pero… ¿Quiénes eran ellos?

Ella no reconocía ni a su mamá ni a su papá ni a sus hermanos. Era una familia Barbie.

NO. Eran más bien personajes de cuentos diferentes que compartían la casa como si fuesen una gran familia. Creían conocerse los unos a los otros ¡e incluso quererse! pero en realidad nadie conocía a nadie. Bah... ¿En qué realidad?

Para salir del cuarto, para moverse en la casa, había que usar las lianas.
Una familia algo selvática, pensó. Pero la idea le gustaba –odiaba las barbies pero le gustaban las lianas- y decidió hacer de cuenta que aquella era también su casa. Agarró una y se concentró en dirigirse a otro cuarto.
Ay, que difícil!
Ahí se dio cuenta de lo complicado que era desplazarse en liana. Había que tener mucha fuerza en los brazos, y, además, estaba la posibilidad de caerse -no había ni red ni colchonetas abajo-. Sintió algo de vértigo.

2009

Amour Adolescent


À 16 ans, les sentiments intenses semblent durer pour toujours...

























Et pourtant, ce n'est que bien plus tard que l'on comprend que ces sentiments ne sont que le début d'une intense histoire.
2002