sábado, 30 de mayo de 2009

Dilema ideológico

¿Alguien vio “Paris”? No “Paris je t’aime”, simplemente PARIS, la película francesa. Si alguien la vio, le pido que identifique la parte en que se enfoca al historiador. Básicamente, un hombre grande, profesor de historia de la Sorbonne, está rodeado de académicos que se ensañan con detalles de detalles de detalles de los temas que investigan, o en otros términos, que cavan sus propias cuevas intelectuales en las que aparentemente tienen vidas plenas e intensas, ya que se regocijan con el saber, con la erudición… A este profesor, al que esta modalidad de vida no le termina de cerrar, le ofrecen un trabajo en la televisión cuyo fin es “democratizar” el conocimiento histórico, volverlo accesible a la plebe no intelectualoide. La contrariedad es simple: haciendo popular el saber, los hilos finos del entretejido histórico deben ser resignados. Hay que simplificar. Como para cualquier intelectual, dejar de lado los hilos finos representa un precio alto para este profesor, en tanto que las delicadas y sutiles complejidades más sabrosas de las investigaciones se vuelven vanas, insignificantes. Otro factor que influye es que los de la tele pagan bien. Y sí, es claro que influye. El amor por el conocimiento sin plata simplemente no alimenta ni necesidades básicas ni necesidades generadas por el entorno social.

Entonces, este profesor se encuentra en un dilema: o se niega a colaborar con los medios y hunde por siempre su cabeza de avestruz dentro de la madriguera del conejo blanco de Alicia y se pierde en el mundo de lo trascendente, u opta por una cotidianidad más bien mundana y, podríamos decir, traiciona su causa -al menos en cierto aspecto- buscando la riqueza y la satisfacción en el intercambio diario con el común denominador de los mortales, interesados por cierto en el saber, pero no taaaan en extremo.

Esto es solo una parte del principio de la película, así que, si todavía no la vieron, no se preocupen porque no les conté nada relevante, pero mírenla porque está buena. Me dirijo a aquellos que ubican a este personaje y a su problema (aclaro: a nadie se le prohibe leer este post, solo que es recomendable primero ver la peli).

El tema es este. Me fui a Córdoba, a unas jornadas de Filosofía. Tal como me habían anticipado, no hay una discusión filosófica realmente enriquecedora en estos encuentros, sino que son líneas que se suman al CV para poder ganar becas y subsistir al menos un tiempo con plata del Estado destinada a investigación. A ver, para mí fue muy agradable, porque las pocas personas que estaban en mi ponencia hicieron aportes interesantes y porque fue sumamente ameno. A su vez, yo no tuve vacaciones este año, y como pequeña escapada, ir a conocer Córdoba con amigos y compañeros que aprecio y con los que paso buenos ratos es super genial. Pero volví con un gusto amargo, y tiene que ver con lo que describí que se ve (o que yo veo) en la película respecto de este profesor. ¿Cómo sintetizarlo?

Digamos que hay dos pilares: (1) X dijo que le llamaba la atención como los estudiantes de abogacía pueden cursar, si quieren, toda la carrera de forma laxa y después tener la autoridad como para decidir sobre la libertad de los individuos. La abogacía, siguiendo esta línea, debería ser considerada como una mera técnica, una ingeniería fundada en un profundo planteo acerca de las bases sobre la que se constituye el derecho. Este profundo planteo no existe, los textos son sagrados, atentar contra ellos es una osadía, no importa que hayan sido escrito hace 10, 100 o 1000 años. Pero en la Religión existe una fuerte corriente crítica al dogmatismo, ¿por qué en el Derecho no? O, si existe, ¿por qué no es un “algo” central de la carrera? La teoría debe guiar a la práctica, fundamentarla...

No llegamos a la tesis del filósofo rey de Platón… Pero medio que casi, no? Es decir, hemos probado sistemas sostenidos en la teoría, y no podemos decir que fueron increiblemente excelentes y perfectos en todas sus facetas. Un ejemplo actual y cotidiano, probablemente malo, es el intento de la Facultad de Filosofía y Letras de ser un espacio de reflexión, de evaluación y elucidación, de fundamentación… ¿En que sentido este espacio es mejor que la facultad de Derecho o que la facultad de Medicina? Soy blanco fácil de crítica en esta instancia porque la tendencia política de extrema izquierda consideraría un horror atenerse únicamente a cuestiones de los estudiantes: eso implicaría silenciar urgencias sociales, desligarse de la situación del mundo. Esta es una pequeña parte de por qué es mejor nuestra facultad, la lucha por causas del mundo. ¿Pero funciona mejor? No, claro que no. Es un caos (conste que estoy enamorada de Puan y cuando estaba en TEA extrañaba este caos). Pero ocuparse de la funcionalidad es ya inclinarse a la derecha, y eso está penalizado. Más allá de mis opiniones políticas –que, aunque parezcan ser absolutamente contrarias a la tendencia de la facu, en realidad, no lo son tanto. Es solo que no acepto cassette de personas adoctrinas en determinados credos- la pregunta es ¿realmente somos capaces nosotros de esa teoría que se permite observar los problemas mundanos y, en especial, decir que sabe como mejorarlos, para dar lugar después a los especialistas en aplicar técnica (apoyada en la teoría) a obrar según el paradigma vigente? Y acá aparece (2).

(2) Z se preguntó cómo es posible que un jugador de futbol, no importa quien, que tiene una barbaridad de dinero no contrate un profesor para que le enseñe a hablar bien en tanto ESO es no solo importante sino LO MÁS esencial en la vida. El tema es el siguiente: yo estoy de acuerdo con decir que una persona culta, o al menos alfabetizada, es quizá más libre que alguien que no puede comprender una gran parte del mundo porque no tiene acceso; pareciera, a simple vista, que una persona que está bien educada tiene más posibilidades de elegir. Pareciera, y en mi opinión, es un hecho. El problema es que la persona que hace este planteo no se cuestiona si el jugador de futbol no está interesado en aprender lo que para ella es tan importante porque su vida pasa por otro lado, sino que lo considera un tonto. No se detiene a pensar que también puede la vida del jugador ser plena, grata y valorable -porque en realidad nunca la eligió-. En cierto sentido, es cierto. ¿Cómo hablar de elección si al parecer no hubo opción? Pero ¿por qué descalificar?

Y esto es algo muy propio de círculos determinados de Filo, esta idea de, por así llamarlo, elitismo. No me quiero extender mucho más porque ando con fiebre y quisiera tirarme a dormir. Simplemente quiero destacar que me indigna una y otra y otra vez esta cara del ámbito intelectual que cada vez voy conociendo más. El dilema que plantea el profesor de la película es algo que tengo en mente a diario -no de la misma forma, pero creo que es una buena imagen de lo que busco transmitir-. La filosofía, para mi, tiene que ver con abrir, abrir cabezas, caminos, horizontes. Si bien conozco mucha gente que tiene mundos inagotables, cabezas aparentemente super receptivas, miradas que observan cada detalle de distintos ámbitos de la vida, encuentro en todos esa constante de soberbia, de altanería (quizá implícita), que a mi parecer no hace más que cerrar, encerrar. Y así, enclaustrados en la crítica y el análisis de una realidad mundana, eventualmente se sienten parte pero suelen sentir que pueden ver desde afuera, lo cual genera esa idea de omnipotencia a fin de cuentas tan etérea.

Me indigna porque creo fervientemente que estar de lleno en el mundo, estar comprometido con él, es un eje de toda posible ideología que no implique descalificaciones ni subestimaciones de ningún área de la sociedad. Y sin embargo, en la práctica, tomo decisiones que delatan mi deseo de querer formar parte del mundo académico, y de última, después, sólo después, una vez asegurado un futuro económico más o menos aceptable, ver que hacer con esta molestia que siento. He aquí mi dilema.

10 comentarios:

jb dijo...

Como diría Nelson: ajá! Es el viejo dilema. En mi caso opté por salirme pero te reconozco que es para una respuesta un poco más seria que dos renglones. Así que, cuando tenga un rato te contesto. Este sí que e sun dilema, no como el mío...

Pablo M. dijo...

X soy yo, y creo y sostengo lo que dije.
La tesis completa es la siguiente: el abogado, que cuando se recibe se MATRICULA y puede trabajar de INCIDIR EN LA LIBERTAD DE LA GENTE, puede hacer la carrera cagándose de risa, con materias que son más fáciles que el CBC de muchas carreras: eso ilustra el punto de que los abogados pueden no estar calificados correctamente para ejercer su labor, y eso, para mi, no tendría que ser una POSIBILIDAD, o tendría que ser mínima. Por otra parte, el abogado recurre a la constitución como el dogma último, y es en realidad un texto escrito por un liberal ingenuo hace 150 años, i.e., ¡está viejo! Pero, ¿Cómo se va a cuestionar? ES LA CONSTITUCIÓN ¿y a mi qué? La finalidad tendría que ser la ética y la justicia.
¿Esto es creer en los filósofos reyes? No, sólo ilustra que los abogados tendrían que ser un poco más filósofos. Que los filósofos tengan lios administrativos no hace que su práctica sea desmerecida, es la carrera mejor administrada de la facultad, y está muy por encima en nivel académico, al menos, que sociales y que derecho.

Y con el punto de la importancia de que alguien se sepa expresar con corrección ahora no me meto porque escribí mucho, pero me parece que tu postura lleva a algo peor que el 'elitismo', lleva a decir: "Yo hablo bien, él juega bien a la pelota y con la boquita cerrada..." Creo que al final es discriminación... Pero es para discutir más.

Adrienne dijo...

Hola Pablo! Q sorpesa!! Buenisimo, me encanta que se genere esto.

Primero, espero que no te hayas tomado a mal mi post, porque estarías en un error. Si escribí al respecto es porque me quedó dando vueltas el tema.

Segundo. Adscribo a tu tesis. Totalmente. Lo que yo me pregunto es si es legítimo que el filósofo prescriba, y si lo es, desde qué lugar.
Es algo muy diferente de lo que decís vos.
De hecho, estoy sumamente de acuerdo respecto de la crítica a los fundamentos en derecho. Y respecto de fomentar la capacidad reflexiva, no estaría de más en ninguna otra carrera.

Tercero, creo que se entendió mal el último punto. Nunca dije que el futbolista debe cerrar el pico... Sería justamente caer en "decir lo que se debe hacer".

Yo simplemente apunto a los que emitimos juicios (no necesariamente de forma intencional) respecto de otros creyendo que la vida pasa por lo que NOSOTROS a priori (sin darnos cuenta) al parecer establecemos como lo valorable.

Y digo nosotros porque también me refiero a mí misma. Es decir, es inevitable que una opinión se circunscriba a un determinado marco, y excluya así muchas cosas que seguramente serían importantes, o al menos, interesantes.

No por ello vamos a dejar de hablar, o de hacer. Tal cómo está estipulado en la descripción del blog, todo es una simple pregunta.

Entonces, retomando, a lo que apuntaba por lo tanto es que la vida no pasa necesariamente por hablar bien o mal, lo cual es evidente. Luego, si esto es evidente (que hay otros sistemas de valores y que tienen sus razones)... Por qué descalificar?

Finalmente, lo que me indigna es que en ciertos círculos, está la descalificación, muchas veces implícita!! Y no sólo en filo, eh.

Pero bueno, cómo todas estas cosas, es fácil criticar, pero al momento de proponer... ay que miedo de caer en otro discurso armado -o en alguna utopía que termine dominando dorgmaticamente-.

Un cariño!!
A*

estornudo dijo...

Ay pero qué lindo.

La Mamá de Estornudo.

Lautaro dijo...

lo de los abogados es más complejo igual, tampoco son ellos los que deciden sobre la libertad, sino que es el sistema judicial completo (con el juez como figura interpretativa principal) el que decide, y tambien, influenciado por la politica fuertemente.

de lo de los jugadores, yo creo que me conformaría conque los periodistas DEJEN de entrevistarlos cuando recién termina el partido. El tipo estuvo corriendo hora y veinte, está agitado, golpeado y casnado, y viene un pelotudo a hacerte alguna pregunta idiota como "te gusta ganar partidos?" "que se siente ganar???" "estas conforme con LA VICTORIA?"...y las respuestas son todas iguales, jamas afirman nada, solo sigen la forma de "jugamos bien pero podemos mejorar" "esto a los hinchas blablabla" "la gente blablabla".

y ahora, de si tienen que hablar mejor, bueno, yo doblo la apuesta: ¿Por que a todos los intelectualitos que hablan tan bien no se les ocurre salir a correr un rato o hacer un puto abdominal, con toda esa cabeza inteligente que tienen, sabiendo que mens sana in corpore sano?

para superar cualquier dilema hay que trascenderlo con una via superior porque cualquier camino que elijas siempre será una garcha (he ahi el dilema).

Adrienne dijo...

Cito:

"y ahora, de si tienen que hablar mejor, bueno, yo doblo la apuesta: ¿Por que a todos los intelectualitos que hablan tan bien no se les ocurre salir a correr un rato o hacer un puto abdominal, con toda esa cabeza inteligente que tienen, sabiendo que mens sana in corpore sano?"

Totalmente de acuerdo, un poco a eso iba (sin querer desmerecer a nadie tampoco).



Quiero agregar otra cosa:
Sin querer caer en un lugar común (o en un mero comentario ético-moral ingenuo y llano), pero que de hecho lo es, algo que me choca un toque es esa disociación recurrente entre genialidad y humanidad que aparece en célebres personajes de la historia... Y genialidad no solo intelectual -sin dar nombres-. Digo no sólo intelectual, porque podría parecer que hablamos de "la fría racionalidad" exclusivamente, cuando no es el caso.

¿Por qué?

***


Gracias Lautaro por esta primera opción de solución, je!

Supongo que la mejor trascendencia es dejar de pensar un poco todo tanto, as ever, y reir.

Lautaro dijo...

no, la mejor es jugar al balón pie y hablar como salvaje

R- dijo...

tzzz

Cuando hablamos, darling, tenés una opinión más fuerte. ¿Por qué la desinflás por escrito? ¿A quién no querés desmerecer?

Be bad, be very bad

Adrienne dijo...

De nuevo, cito:

"Tal cómo está estipulado en la descripción del blog, todo es una simple pregunta".


Evidentemente voy a ser concesiva, o al menos mucho más de lo que soy en vivo y en directo. Sino, este sería un blog de respuestas.

Y más si estoy hablando de altanería... jies

Adrienne dijo...

"Conozco a muchos filósofos trasnochados que creen que hay que arreglar el mundo. Ustedes quieren arrojar los dados de nuevo para ver que resulta."

Asimov, I., "La carrera de la Reina Roja", Cuentos completos II, Ed. Byblos, p. 145