sábado, 28 de agosto de 2010

El arte malo: el arte de aparentar

DEL OBSERVARSE DE SÍ MISMO
§ 4.
El darse cuenta de sí mismo no es todavía un observarse a sí mismo. Esto último es una síntesis metódica de las percepciones adquiridas de nosotros mismos, que suministra la materia para el diario de un observador de sí mismo y conduce fácilmente a la exaltación y a la ilusión.
El atenderse a sí propio, cuando se tiene que tratar con los demás, es, sin duda, necesario, pero no ha de hacerse visible en el trato mismo, pues entonces hace parecer azorado (cortado) o afectado (retorcido). Lo contrario de ambas cosas es el desembarazo (l'air dégagé), un confiar en sí mismo hasta creer que no se ha de ser juzgado por los demás desfavorablemente para el propio decoro. El que se coloca cual si quisiera juzgar, mirándose al espejo, cómo se conduce, o habla oyéndose hablar (no meramente como oyéndole hablar otros), es una especie de actor. Quiere representar un papel y forja una ficción de su propia persona; con lo cual, si se percibe este esfuerzo en él, pierde en el juicio de los demás, porque suscita la sospecha de una intención de engañar. -La franqueza en la manera de mostrarse exteriormente, que no da motivo ninguno a semejante sospecha, es lo que se llama un comportamiento natural (que no por serlo excluye todo arte bello y educación del gusto) y agrada por la mera veracidad en las exterioridades. Donde al par brilla en el lenguaje la franqueza de la simplicidad, esto es, de la falta de un arte del fingimiento que se ha convertido en regla, la franqueza se dice ingenuidad.
Immanuel Kant:
Antropología
En sentido pragmático.
Versión española de José Gaos
p.22
Citando a Kant en continuación con el post anterior "Pensamiento Breve, Sin Motivo ni Finalidad" http://unpocodepasion.blogspot.com/2010/08/pensamiento-breve-y-sin-motivo-ni.html

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