miércoles, 2 de noviembre de 2011

El amor en tiempos líquidos.


El amor es eterno mientras dura
Ismael Serrano


"El enamoramiento es una atracción inicialmente irresistible, cuya intensidad declina con el tiempo. El amor, por el contrario, puede ir creciendo con el paso de los años e implica un tipo diferente de vínculo que incluye crisis, alejamientos y acercamientos, a pesar de los cuales los protagonistas vuelven a elegirse." (Miguel Spivacow, psiquiatra)

"El amor debería ser un acto de libertad, cuya duración esté en manos del mutuo apoyo y respeto por lo que cada uno es. En la vida humana no existen las garantías, pero sí los deseos de que aquello que nos hace feliz sea duradero". (Clara Coria, psicoterapeuta)

Alguna vez me han preguntado por qué, a pesar de mi escepticismo racional, creo en cosas como "el amor para toda la vida" cuando claramente se trata de un viejo mandato o creencia. De más está decir que AMOR no es lo mismo que MATRIMONIO. El matrimonio es un contrato que, en cada época, se establece según los distintos intereses que operan por debajo de la imagen del novio y la novia besándose. El amor, en cambio, responde al interés personal de querer estar con, sabiendo que ello implica atravesar crisis y momentos de incertidumbre. El amor es el acto libre de decidir construir la pareja todos los días. Es el acto libre de seguir eligiendo a la persona y pelear por superar momentos difíciles. Es animarse a jugarse el todo por el todo. Entonces, el escepticismo según el cual están en constante duda las certezas a las que nos aferramos (religión, ciencia, lenguaje, categorías heredadas...) no es excluyente de la libre acción de amar. Sólo es importante cambiar el presente con vistas al futuro de "te amo para toda la vida" por el gerundio "te estoy amando" que expresa una vivencia que tiene lugar en el día a día. Es el día a día que construye un vida, entonces, ¿por qué estar tan seguros de que si hoy te amo, mañana ya no sentiré lo mismo?

"El amor nunca se acaba de construir y de reinventarse. Es un proceso vivo y activo, es pragmático, directo y sin anestesia. Nadie entra en una relación para que se acabe. Lo que ocurre en esta posmodernidad en que vivimos es que se tira la toalla demasiado rápido." (Walter Riso, escritor).

El punto está en entregarse. Claro que hoy por hoy la inestabilidad vincular está servida en bandeja: ante la más mínima molestia, cerramos el asunto. Quiero estar con vos pero me molesta que seas así o asá, entonces me quejo, entonces demando, entonces exijo... O las caras de culo, las actuaciones de que algo anda mal, la falta de consideración por el otro en la búsqueda de un tercero que alivie. Pero, ¿y la comunicación? Y el establecimiento de reglas implícitas en la vinculación cotidiana? Cuántas inseguridades de cada cual se juegan en el nosotros y lo limitan. Cuánto miedo a dejar de ser una unidad, a mostrarse, y a ver al otro con tolerancia. Cuánta necesidad, que contamina toda construcción posible de pareja sólida y satisfactoria. Cuánta desesperación por estar sólo por estar, en vez de esperar hasta sentir y de veras elegir y apostar.

"No se trata de AGUANTAR al otro, no se puede perdurar amando por decreto para toda la vida. Sólo es posible sostener el amor cuando son dos quienes lo alimentan. Cada día son menos los que están dispuestos a AGUANTAR a alguien que nos hace daño o que afecte nuestra autoestima" (Coria).

Por otro lado, pareciera cierto que no nacimos para estar solos... Familia, amigos, compañeros, conocidos... Somos nuestros vínculos; el afecto y las relaciones humanas son constitutivas de lo que vamos siendo ("no man is an island", John Donne). Entonces, lo positivo de nuestra era es que "la libertad de elección que existe hoy es un gran estímulo para la construcción de parejas más afines" (Spivacow). Es decir, tenemos la posibilidad de apostar sólo porque queremos y elegimos hacerlo día a día.

Por esto, un escéptico puede creer en el amor hoy más que nunca. O no. Pero yo creo. Creo en la libre elección y en la construcción deliberada. Creo en jugarse por un nosotros más allá de miedos, inseguridades, crisis y sensaciones desagradables pasajeras. Quizá peque de ingenuidad, pero es claro que no se trata de un cuento de hadas, de príncipes azules y princesas rosas, de ser felices comiendo perdices...

Aunque en algún sentido, cuando es amor y no necesidad, no costumbre, no mero cariño, no encaprichamiento... cuando es amor... Es magia. Existirán explicaciones psicológicas, neurofisiológicas, químicas del sentimiento, pero quien está en ese estado, es sabido, experimenta lo intenso, lo inexpresable, lo que desborda los límites de lo racional... La magia pura...

Yo creo en la magia.

3 comentarios:

Lucía Camila Leiva dijo...

Pero la percepción sobre un otro puede condicionar a tu fantasía? es decir, si tu percepción sobre el otro se encuentra enceguecida por el mero hecho de un cuento inventado? Un cuento trágico, agonizante...
Siempre está el riesgo, pero...el fin justifica los medios?
Magia siento al leerte Nati.

Alejandro Bianco dijo...

Hola! Me gusta leer cosas asi en epocas de "tiempos líquidos", como decis. Creo que el escepticismo general con respecto al amor tiene que ver con que se lo concibe y practica en sus formas ya determinadas (y que se sabe que fracasaron), y no como un acto que libera, como un acto de creación que implica muchas veces no hacer caso a lo que otros hacen. No se distingue entre el acto mismo y la forma en que se ha venido practicando... Si meramente imitamos, si no creamos nada, es lógico que vamos a odiar cosas como nuestro trabajo o tener una pareja. A la larga nos gana la monotonía y las ganas de huir, de cambiar.

Pero se puede vivir plenamente sin trabajar o sin amar?

Si vivimos el amor más como una obra, la cosa cambia, y también asi se separa del aparente opuesto al escepticismo, la fe en eso de los "cuentos de hadas" (otra forma de no asumir el potencial creativo, que trabaja con lo que tiene y no con lo que podria o deberia tener). Creo que el amor es tal vez lo único que le puede dar verdadero sentido a la vida. Si no pensamos en el resultado sino en el proceso, vamos a ver que todo lo que nos rodea cobra un brillo inusual, una plenitud. Es la magia, la ligereza del ser que vive creando. Es el mejor logro del dia, y mañana habra que reinventarlo :)

Voy a seguir leyendote, adios!

Adrienne dijo...

Sr. Bianco,
usualmente recibo los comentarios en mi mail. Sin embargo, nunca recibí este msj... Así que recién hoy, septiembre del 2012, leo este comentario de enero!!! Una pena, más que nada porque me gustó mucho y hubiera querido leerlo antes. Creo que re estructurás lo que intenté decir de una manera que hace mayor énfasis en el peculiar sentido de "magia" en el que se ve que ambos estamos pensando. Un gusto. Yo tmb te estaré leyendo!